TUS CINCUENTA AÑOS

Martha, la popular "Popotito"

Hoy es un día especial para ti, para tu familia y para tus amigos y amigas. Es especial porque un día como hoy, hace 50 años, hiciste tu ingreso a la historia de la humanidad. Ingresaste jubilosa y ruidosa; con un llanto fuerte y largo, que más que llanto era un grito de júbilo y gratitud por haber sido recibida por aquella maravillosa familia que te tocó. Tu llanto jubiloso, fue también ruidoso, como presagiando tu inquebrantable espíritu rebelde ante lo rutinario, lo caduco y lo injusto.

Si hoy estoy dirigiéndote estas cortas, pero emotivas palabras, es porque me pidieron hablar en nombre de la promoción 83. Quiero entender que el pedido se refería a hablar en nombre de la sección "C", aquella sección que fue testigo de una de las etapas más maravillosas de nuestras vidas. En aquella aula escolar coincidieron la palomillada, la vaguería, el ingenio, la coquetería y hasta el bullying. En aquella aula del saber no sólo aprendimos nuestras lecciones escolares, sino que, sobre todo, aprendimos la lealtad, la solidaridad, el perdón y, por su puesto, el valor de la amistad.

Los vagos de la sección "C"
Y, como no podía ser de otro modo, tus 50 años son motivo para reunir otra vez a todos ellos. Y como cada vez que nos reunimos, aparece lo que nunca hemos perdido: la capacidad de sentirinos adolescentes-escolares otra vez. ¡Sí, adolescentes-escolares! Porque es de adolescentes llamar a sus amigos por sus chapas y no por sus nombres. ¿No te has dado cuenta que cada vez que nos reencontramos Wilfredo nunca es Wilfredo sino "El Chueco"? Y Víctor, tampoco es Víctor, es simplemente "El Borrego". Por esta misma razón, Marisol sigue siendo "La Madrina", Leonel "El Borracho", Jhonny "El Teniente Risitas", Susana "La Reina", ella "La Carrandanga", la otra "La (ojos) de toro loco" y tú "La Gringa", aunque para mí seguirás siendo "La Popotito", la chica linda cuyas "piernas flacas son un par de carricitos". Lo maravilloso de este espíritu adolescente-escolar es que todos lo disfrutamos. Todos, de alguna forma, regresamos a esa maravillosa aula que fue la sección "C".

Las chicas y de la sección "C" (y los que querían serlo)
Cincuenta años se cumplen una sola vez en la vida. Es el ingreso a una etapa diferente a las anteriores. Hay espacio para planificar, que duda cabe, pero también hay suficiente tiempo para reflexionar sobre lo que hicimos, sobre lo que somos y sobre lo que queremos ser. A los 50 se puede decir que somos personas maduras, con más experiencas, más seguras y con mayor disposición para aconsejar a los más jóvenes. A los 50 muchas de nuestras metas han sido cumplidas y, sin embargo, quedan muchas más por cumplir.  A los 50, junto a los cabellos blancos que no podemos detener, están tatuadas en nuestras almas miles de historias que vivimos, miles de sabores que degustamos, miles de olores y colores que experimentamos. A los 50, junto a nuestras arrugas, estás estampadas las grietas de nuestras desventuras, las brechas de nuestras amarguras y nuestros añejos rencores por perdonar.

Hoy, en este día maravilloso, aquí están tus amigos y amigas de la sección "C", aunque no todos los que hubiésemos querido, pero estamos la mayoría. Algunos viajamos largas distancias no sólo para verte, abrazarte y bailar contigo, sino que, y sobretodo, para rendirle homenaje a la vida, a la alegría, a la suerte que nos permite seguir inventando motivos para reunirnos.

Feliz cumpleaños, Martha querida, sigue disfrutando la vida que elegiste y gozando de las aventuras que escogiste. Que tu dicha de hoy se multiplique exponencialmente con la visita de todos tus amigos y amigas que nos dimos cita para cantarte a todo pulmón que te queremos y que te deseamos mil años más de vida. Recibe de parte de todos un inmenso abrazo, tan inmenso que logre alcanzar el tamaño de tu cariño por nosotros y nosotras, tus amigos de toda la vida.


Comentarios

  1. Gracias Mario muy bien. Los recuerdos que efectivamente nos marcan. Todos los guardamos, pocos somos capaces de expresarlos. Es un homenaje cuya válidez te acerca a muchos escritos sobre la adolescencia, como los de Julio Ramón Ribeyro o Mario Vargas Llosa y Oswaldo Reynoso. Sigue escribiendo.

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