ANOCHE DORMÍ CONTIGO



No pasó ni un día separado de ella y ya lo extrañaba a mares. Todo el camino que hay entre Moyobamba y El Dorado lo pasó pensando en la última conversación que tuvieron la tarde anterior. Pero, más que la conversación, lo que recordaba eran las coordenadas en que se dio esa conversación. Era una tarde soleada y ella estaba radiante, preciosa. Llegó empujando su cochesito como Ayrton Senna en versión femenina. Lucía un shorcito color rosado que dejaba ver sus hermosas piernas. Cuando la vio sonrió traviesamente y le dijo, casi como en un susurro: "eres una madre súper sensual". Ella sonrió discretamete, se sentía complacida. Él pensó que lo hacía a propósito con la intensión de matarlo de un infarto. Y si eso sucedía, sería una grandiosa forma de morir.
Ya era de noche cuando llegó a su destino así que se puso a buscar un buen lugar donde descansar. Cerca de la plaza central, que muchas veces es lo más atractivo en lugares tan deprimidos como la selva, encontró un hotel que lleva uno de sus nombre, así que decidió dormir ahí. Lo eligió porque quiso dormir con ella. Puede parece risible, pero era la verdad, esa noche durmió con ella. Fue una noche tranquila y placentera. Durmió como un bebé empachado después de ser amamantado por los pechos generosos de su madre.
-Y, cómo estás, le preguntó, ¿siempre te atormentan tus dolores de cabeza?
-Sí, siempre lo hacen, respondió.
Eran sus demonios que no la dejaban tranquila. Solían venir durantes las noches, mientras dormía. Cuando eso sucedía despertaba con un genio insoportable, había que estar lejos o tratar de no contrariarla. Es increíble la relación que hay entre los sueños y los hechos de la vida pasada. Es como si una parte de ella, no sé si la niñez o la adolescencia, estuviera prisionera y buscara liberarse. A veces creía que su ángel de la guarda buscaba prevenirla de algo y se lo comunicaba mediante el sueño. Otras veces no era su ángel, definitivamente era el demonio. Pero, siempre soñaba.
Hay un misterio en los sueños, pensó. Pero, si es un misterio, éste debe ser indecifrable, reflexionó. No quiso desentrañarlo así que concluyó que los sueños sirven para dibujar los sentimientos y las emociones. Aun que pueden parecer lo mismo, sin embargo, hay una gran diferencia entre sentimientos y emociones. Las emociones tienen que ver con experiencias espontáneas y pasajeras mientras que los sentimientos son más profundos y duraderos. Una sonrisa, por ejemplo, es una emoción, pero el gozo no puede ser sino sentimiento. Es decir, se puede sonreir y no necesariamente estár alegre o gozoso. Lo mismo, el gozo no significa que uno esté riéndo a carcajadas todo el día. El enojo es una emoción, el rencor un sentimiento. la verguenza una emoción, la culpa un sentimiento. Y así, la lista puede seguir creciendo.
Cuando despertaba después de soñar intensamente no sabía que sentir. Algunas veces no sabía si sentía dolor o pena, otras veces no sabía si tenía ganas de llorar y de reir, quería hacer las dos cosas al mismo tiempo. Eran sueños incongruentes que dibujaban sentimientos incongruentes. Su mente sometía a su cuerpo en un vaiven sin tregua. Tanto la mente como el cuerpo no toleran por mucho tiempo estas incocruencias y buscan resolverlos. ¿Serán los sueños las avenidas por donde transitan los mensajes del mundo interior?
¡Claro, -pensó- los sueños ponen en agenda un problema no resuelto!
Sin proponérselo, logró desentrañar el misterio de los sueños. Lo primero que haría una vez llegando a Moyobamba sería ir a verla, invitarla a cenar y prestar mucha atención al mensaje que viene de su mundo interior. Estaba convencido que si lograba identificar el problema encontraría rápidamente la solución. Pensando en los sueños, la tarde soleada, su shorcito rosado y sus hermosas piernas se quedó dormido y durmió como un bebé.
Cuando se encontraron en el restaurante "La Olla de Barro", ella lucía un hermoso vestido de verano color granate que le llegaba un poco más arriba de la rodilla, sujetado únicamente por dos tiras anudadas alrededor de su cuello. El vestido dejaba al descubierto sus hombros redondos y coquetos y parte de su espalda. Se la notaba súper feliz, traía una sonrisa que la hacía parecer a la princesa Letizia de España. Se saludaron con un beso apasionado. Él le dijo:
-Te extrañé a mares. Te extrané tanto que hasta dormí contigo.
-En serio?, respondió ella- ¿dormiste conmigo?
-Es verdad, dormí contigo. Y haciendo alarde de una gran sabiduría agregó. Es que hay una gran diferencia entre dormir y soñar.
-Sí, debe ser -se apresuró a decir antes que comienze con otro discurso interminable de sabiduría de camisetas. Yo también estoy súper feliz y adivina porqué... es que anoche soñé contigoooo -le dijo abalanzándose sobre su cuello. Yo también te extrañé tanto amor que hasta soñe contigo -dijo ella con una gran sonrisa. Tú eres el centro de mi vida.

Comentarios

  1. Hola!!
    No se como llegue a tu blog pero me ha encantado... que lindas letras.

    Te dejo un saludo grande...

    Taun We

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  2. excelente manera de describir a alguien =) Bien meche sigue escribiendo =)

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  3. Que bueno saber que sigas escribiendo tan bien te felicito!!! Veo que sigues coleccionando mas historias de amor para luego publicarlas esa es tu verdadera fuente de inspiracion y se te siente Muy inspirado Feliz año!!!!

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